miércoles, 12 de agosto de 2015

NADA NI NADIE ES LO QUE PARECE

Desde que me dejaste, dejaste atrás las cartas que un día puse sobre tu mesa; aquel tablero de apuestas amañadas, de preguntas sin respuesta. Pero mentiste, nunca me has querido. Has apostado mi amor incondicional con el que puse toda la piel de mi frágil corazón al rojo y avivado fuego, del que me tenía atrapada en un callejón sin salida como un gato desaliñado, sin consuelo alguno, con la única opción a elegir de ti; de arriesgarme, de perder mi ser en un pozo sin fondo donde caía constantemente sin ver nunca el fin. Sin ver la luz.
Jugaste con tu mejor As para derribar la muralla de sentimientos forjados en un castillo de Naipes, dejándolos desvanecer en su caída por el viento de mis suspiros al suplicarte que no te fueras. Te quedaste;  ¿cuál era la trampa esta vez?
Parecía que todo iba bien, que habíamos empezado de cero, volviendo a construir lo que un día unimos “para siempre”. Llegas tarde, casi no hablamos, sólo te veo cuando sale la luna… No quise preguntarte porqué, no quería dudar de ti.
Una mancha roja de carmín sobre tu camisa y un papel con un número de teléfono guardado en el bolsillo de tu pantalón. Típico de película. El hacerme preguntas constantes me ahogaban en un mar profundo de cuchillos afilados que no paraban de agujerear mi cabeza cada segundo y ya no hablar de las manos que sentía en mi pecho arrugando como un papel viejo mi corazón, exprimiendo cada sentimiento, dejándome sin respiración; matándome poco a poco dejándome tirada en el suelo diciéndome a mí misma porqué te di lo único que quedaba de mí pensando que lo sabrías cuidar. Gran error.
Puedo decir mientras salgo por la puerta sin dejar un insignificante “adiós” puesto en una nota, que me arrepiento de haberte dado todo lo que nunca te has merecido, un amor verdadero.
Gracias a ti y a como fuiste, ahora mi frágil corazón se ha convertido en el escudo de una batalla, forjado de odio, cubierto por hielo. Sólo me queda esperar a alguien que de verdad sepa derretir esa gran capa de agua congelada y de fundir las cadenas forjadas con el fuego del rencor por tu lujuria desesperada.
Aunque ni te guardo rencor, ni odio; sólo lo hice en el momento de ver y saber con pruebas, que me engañaste con esa chica con la que un día estuvimos tú y yo cenando, como si nada.
Pero no te preocupes, yo estoy bien. Más que nada, me da pena saber cómo eres, porque así, te acabarás cogiendo más asco del que te cogí aquel día, y, con ello, te arrepentirás de lo que un día te dieron verdadero y de lo que ahora sólo te dan con dinero barato.
Intenta ser feliz, que yo, ya lo soy haciendo mi nueva vida saliendo de ese callejón sin salida, dejando las cenizas abandonadas y viendo por fin la salida y la luz de ese pozo sin fondo; teniendo mis cartas intactas recuperadas en tus apuestas.



lunes, 1 de junio de 2015

IMAGINA

Imagina que mañana se acaba todo, que ya no hubiese mañana. ¿No desearías hacer mil locuras? Decirle cuatro cosas a la flipada de turno, decirle a tu madre que empezaste a beber y a fumar muy pronto, por ejemplo... Dormir con la persona más especial del mundo, decirle que la quieres... ¿Por qué sólo nos arriesgamos cuando creemos que ya no hay más tiempo? ¿Por qué nos guardamos todo dentro hasta que explotamos? ¿Y si viviéramos el día a día como si fuera el último? ¿No sería increíble?





















martes, 26 de mayo de 2015

AFRONTAR

He cometido muchos errores. He llorado y he reído con falsas y verdaderas amistades.He tropezado dos veces con la misma piedra y cuando pensaba que no lo haría más, me empujaron y caí estampada con la tercera. He perdonado. He callado "te quieros" que, por miedo o inseguridad se quedaron en el aire, aunque en la despedida a veces los decía camuflados. Ha habido veces que me he despertado con ganas de comerme el mundo y otras que parece que el mundo me comía a mí. He gritado con fuerza pero mi voz nunca salía. He callado verdades por no hacer daño. He salido sin ganas de fiesta y he vuelto con los tacones rotos de tanto bailar. He pasado por fases. He sido una niñata inmadura e insensible y aún sigo madurando. He creído y creo en lo imposible hasta que mis metas se cumplan. He cantado en la ducha hasta que mi garganta no podía más. Ha habido días que me sentía preciosa y otros que no quería ni mirarme al espejo. He disfrutado de pequeños detalles y he aprendido poco a poco en que consiste la vida. El secreto de la vida está en no arrepentirse de nada, luchar por lo que quieres y afrontar cada problema con una sonrisa. RÍE Y EL MUNDO REIRÁ CONTIGO.
















viernes, 22 de mayo de 2015

LA VIDA

Y sí, llegó el día en el que me di cuenta de que la vida está para reírte de ella y no con ella; que si te caes, sólo tienes que levantarte; que no te importe el pasado pero que siempre lo tengas en cuenta; que la vida es alegrarte los Viernes y joderte los Lunes, salir un Sábado y estar sin pasta un Domingo; gritarle a las personas que más quieres y saber pedir perdón; tener las cosas claras y decidirte en el último momento; jugar con fuego y quemarte; hacer estupideces sin parar pero que no te importe lo que piensen los demás; abrazarte a quien te abrace... Por que sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional. 

Vive la vida, disfruta el momento. "Carpe Diem"
















jueves, 9 de abril de 2015

AMOR

¿Amor? ¿Qué es eso? ¿Algo que se siente, que se vive, que se come? ¿Es peligroso? ¿Hace daño?

El amor no es sólo alguien que te guste más que las demás personas que te rodean, es algo mágico, indescriptible... No sabría decir con exactitud qué es, porque es algo especial y que uno mismo tiene que sentir, que vivir, que experimentar... Aun sintiéndolo tú mismo, estoy segura de que no sabrías describírmelo con exactitud. Hay personas que sólo lo sienten, personas que lo viven en su día a día, incluso personas que lo sienten y lo viven a la misma vez, personas que no lo viven, no lo sienten... Cómo las comprendo... Diría que en general, comprendo a todo este tipo de personas. Sólo sentir este sentimiento es como comerte un pastel de chocolate y dejarlo en tu interior, sin recordar cuándo te lo comiste, sólo recuerdas su sabor. Cuando lo vives día a día, es la sensación de tener la esponjosidad del mismo pastel. Si lo sientes y lo vives, es la sensación de recordar cuándo te lo comiste, el sabor dulce y a la vez amargo del chocolate que se te viene a la boca, lo esponjoso que estaba, incluso recuerdas la vez que te lo compraste y si contenía pepitas de chocolate o algún derivado de él. Quizás con este ejemplo no me explique muy bien, he de decir que yo hablo desde la experiencia..

Experiencias... Amargas, dulces, agridulces... Incluso diría que algunas ácidas. Es peligroso si se abusa de él, ya que a la hora de que ese sentimiento se deteriore por cualquier circunstancia, hará mucho más daño. Daño, sí, siempre hace daño, aunque no en todas las ocasiones. Siempre hace daño si lo sientes y lo vives constantemente, o se deteriora o destruye por un nuevo ser... Aunque no diría que el amor es dañino en sí, lo que es dañino son las personas que no saben amar sin sentirlo.

Qué os digo del amor... Sentimiento muy bonito pero a la vez peligroso. Como siempre digo, SI EL AMOR APRIETA NO ES TU TALLA.



lunes, 9 de febrero de 2015

ORGULLO

Bueno, dado a que empiezo este nuevo Blog, os voy dejando unos trozos de mi imaginación, más adelante os podré ir adelantando y dejando en boca el comienzo de una historia... Espero disfrutéis de estos manjares tan exquisitos y de reflexión que a veces no nos paramos a pensar.


Orgullo, esa palabra me da escalofrío sólo con oírla. La sensación que produce cuando penetra en las emociones... Aparta a un lado la humildad, la sinceridad, lo culterano...

Hace que le perdamos el miedo invadiendo nuestra mente, presentándose en nuestro rencor, en nuestra furia, en nuestros sentimientos...

Muchas veces no nos damos cuenta del daño que podemos hacer cuando alberga en nosotros, es el que sigue con la batalla derrotando el afecto, el cariño...

Perder a alguien por causa de ello, hace que recapacitemos, al fin y al cabo, es el de muchos que no queda para siempre en nosotros, aunque he de decir que el orgullo no es que sea precisamente un sentimiento, si no una manera de ser, un defecto en muchos, una virtud en otros... Cada persona lo ve de una manera distinta. 

¿Hasta qué punto puede ocupar tanto en nuestra mente este defecto o esta virtud?